Por la mañana publiqué un post sobre los “patrones repetitivos”, sobre cómo aparentemente todas mis grandes ideas o mis terribles sufrimientos no son “originales” si no mas bien “copias” iguales a los de muchas otras mujeres mamás... sobre cómo nunca he podido ser la protagonista de la historia...
Encontré un viejo escrito que tenía almacenado, y justo toca un poco del mismo tema... lo comparto =
Cuando empece mi faceta de “bloggera” (asi me sentía), creí que estaba descubriendo el “hilo negro”, pensé que se me había ocurrido la mejor idea del mundo mundial y que era la primera mujer, mama, del planeta a la que se le había ocurrido desahogar y compartir sus ideas, locuras, vivencias y depresiones en un blog...
Poco a poco fui conociendo la realidad...
Cuando vi que había como 1000 millones de mujeres que además eran mamas, que además querían compartir sus experiencias en un blog pero que, además tenían como 1000 millones de seguidores y a mi solo me leía mi mama... que si bien me echaba muchas porras y aplaudía con mucho amor, pues si me deprimí un tantito.
Mi depresión creció cuando ni mi mama me leía y sentía que le hablaba a un sordo... cuando sentí que hablaba sola...
Decidí entonces, revelar mi personalidad “anónima” y descubrir mi faceta de “escritora” a personas de “confianza”, con la finalidad de que ellas compartieran mis escritos y me fueran haciendo “famosa”... ja-ja-ja.........
Cuando descubrí que la fama jamás llegaría, me di cuenta de que al menos escribir me ayudaba primero a desahogarme, y segundo a ser escuchada por quien quería que lo hiciera... extrañamente las palabras de mi boca a veces no eran escuchadas o eran malinterpretadas, pero cuando eran leídas en mi blog, tenían mejor efecto...
Pero luego me cansé ... no de escribir... me cansé de cansancio materno y también un poco me cansé de expresarme... como que ya no me interesaba que me leyeran... por que tambien, a veces pasaba que escribía algo para “chucha” y “Juana” creía que era un mensaje en clave para ella... y “nada que ver”...
Perdí algo de interés cuando me di cuenta de que también en esta historia de “mamá bloguera” tampoco era “la protagonista” ...
Y, por otro lado, (revelaré un secreto!!)... descubrí que también guardar silencio ayuda...
cacarear mucho no siempre es bueno... prudencia y paciencia también pueden ser buenos cómplices...
Aunque aquí intervienen también las reinas que dominan mi ser, ya saben, mis HORMONAS!!!
Asi que, entre las hormonas, la prudencia, la paciencia (que es muy limitada y se agota rápidamente)... el estrés materno que incluye ansiedad y depresión, miedos y cansancio... de todos esos factores depende la productividad en mi blog... ya no se trata de protagonismo si no de “instinto de supervivencia” ...
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