martes, 26 de mayo de 2020

“Mi CUARENTENA... 1”

Antes de la cuarentena...
Mis hijas se iban al colegio a las 7:10, cada mañana su papá las llevaba y de ahí, él se iba a trabajar...  Yo podía regresar a mi cama y volver a dormir... hasta las 9:00 que llegaba mi asistente del hogar . Esto desde luego, era mi secreto. No me encantaba dormir todas las mañana, sentía que perdía tiempo valioso ... un punto intermedio me quedaría muy bien ahora 

Mi marido solo regresaba a cenar, comía fuera de casa de lunes a viernes. Yo, siempre cocinaba comida sencilla, porque 4 días de la semana, mis hijas comían en el coche. Pasaba por ellas al colegio y de ahí, nos íbamos a sus actividades extraescolares. Y, los fines de semana, siempre salíamos... a pasear y a comer en la calle, pero... 

La cuarentena llegó!!!! 
Encerrados, literalmente, en casa todos ... mis hijas, mi marido, mi perro... home office, home school... y, sin asistente del hogar 
Debía preparar desayuno, comida, cena... de lunes a domingo + snacks ocasionales 
Además limpiar la casa, lavar trastes, tender camas, lavar ropa, sábanas, toallas, lavar el patio de nuestro can... pero además hay que “asistir” a las hijas en las clases en línea desde las 8:00 hasta las 13:00, más las tareas escolares adicionales
Se agregan también los trastornos del sueño de mis hijas y mi propio insomnio. La disminución en la actividad física, más las preocupaciones que puede tener un niño de 7 y 9 años encerrado en su casa por culpa de un nuevo virus, hacen difícil que inicien su sueño... pero además, suelen despertar en la madrugada. Si no una, la otra... y van a buscarme, siempre a mi, con estilo zombi en medio de la oscuridad “mamaaa (susurrando) no puedo dormir...” 

Levantarlas cada día para iniciar clase en línea a las 8:00... uno pensaría “se levantaban más temprano para asistir a clases” ... no se porque? No lo entiendo... en casa ha sido tan difícil despertarlas... cada día es una lucha para no pelear, no regañar, no tronar dedos para apurarlas ... pero que lleguen puntuales a su conexión...

Las amo... tengo dos hermosas niñas... hoy de 7 y 9 años, pero es muy agotador para una mamá no tener espacio. Mis hijas han estado junto a mi, pegadas a mi, desde el día uno de nuestro encierro. Hoy cumplimos 72 días!! Y solo me he separado de ellas, cuando he tenido que salir por provisiones... 
Todo el día “mamá mira, ven, dame, toma, te cuento?, me prestas?, puedo? Me ayudas?, que hago?, me duele, estoy aburrida, tengo hambre.... mamá, mamá, mamá... puedo estar contigo? Y que estás viendo?... Y necesito tener paciencia para ellas... no siempre es fácil 
Me inscribí a un par de cursos, actualizaciones médicas, me encanta! Pensando que estando en casa todo el tiempo, seguro podría terminarlos... no he podido! Por increíble que parezca, ¡no he podido!!! No puedo sentarme solo a escuchar las presentaciones... siempre tengo una u otra hija, (o las dos!) pegada a mi, platicando, preguntando, compartiendo. 
Las amo, y el remordimiento de pedir espacio es muy fuerte, pero si... a veces he dicho “dame espacio por favor, necesito un poco”. No es sencillo, encerradas bajo las mismas paredes y viviendo esta situación tan diferente, nueva y desconocida para todos. 
Ayer, después de 72 días en casa, le decía a mi marido = tú te subes a tu “oficina” y trabajas todo el día. Lo cual es admirable, de verdad lo reconozco y aprecio. No digo que sea fácil, pero tiene libertad física y mental... yo no!!! Y, justo ayer, una amiga doctora me sugería “sal a dar una vuelta en tu coche, con todas las medidas de protección, y no te bajes del coche. Solo sal, pon tu música y despéjate un poco mientras tu marido cuida de las niñas”. No lo había pensado antes, pero creo que si me hace falta... un poco de espacio... libertad física y mental... sólo un poco... 


La historia de mi cuarentena continuará... para que mis hijas recuerden (algún día...)

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