lunes, 9 de septiembre de 2013

MiS MiEDOS Y MiS ESPiNACAS...


Cuando era niña me daba miedo la oscuridad... Recuerdo perseguir a mi hermana, 4 años mayor que yo, suplicándole que antes de dormirse leyera solo un poco. Compartíamos habitación y entonces yo me esforzaba por dormir muy rápido, mientras ella leía... Mi hermana siempre aceptaba, pero también siempre se hacía del rogar... Cómo le gustaba hacerme sufrir, y me pedía cosas a cambio... Le gustaba llevarme sentada en la parte trasera de su bicicleta y me llevaba, literal, como muñeca de trapo! Yo lo odiaba pero aceptaba con tal de tener un poco de luz antes de dormir... Jaja! 
Luego, la oscuridad dejo de importarme, llego entonces el miedo a dormir sola!! Y, de nuevo recurría a mi hermana... Por favor, por favor, puedes dormir esta noche conmigo??? ... O aún recuerdo cuando salía de mi cama e iba directo a la cama de mis papas... 
Supere esos miedos... Pero luego vinieron otros!!! Y los miedos de los adultos son mucho más difíciles de superar... 
De niña me subía sin pensarlo a la montaña rusa, hoy no estoy segura de soportarlo... Por fortuna, la montaña rusa no es una "necesidad básica" de mi vida diaria... 
Confieso aquí uno de mis miedos de adulta... Me daba miedo manejar!!! ... Si, así como lo leen. Y todo el mundo insistía en que yo DEBiA manejar un coche estándar. Es más, me regalaron un vochito con tal de que yo aprendiera... Pos no! No quise y no aprendí!!! Cuando tuve oportunidad, me compre mi coche automático. Y bueno, tenerlo tampoco me quito el miedo, pero me esforzaba y cada día que salía a trabajar, me hacia "coco wash - nada pasa, tu puedes, es fácil, todo estará bien". Al poco tiempo recibí una oferta de trabajo en una ciudad diferente. De momento me sentía emocionada. El trabajo, que aún no iniciaba, me encantaba. Un mejor puesto, un mucho mejor sueldo, tener mi propia casa... Todo eso me sonaba genial! El día que me fui, me llevaron mi mama y mi hermano. Me di cuenta de mi realidad cuando salí a despedirlos y entre a mi nueva casa, cerré la puerta y sólo escuchaba el silencio de la soledad... En 5 minutos cambie de opinión! Por un momento pensé abrir la puerta, subir a mi coche y regresar a casa de mi mama inmediatamente!!! ... Enfrentarme a la vida, sola, me daba miedo!! 
Siempre supe que había nacido en un huevo empollado por una hermosa gallina y que un fuerte cordón nos unía... Nunca deje el huevo y siempre me sentí segura y protegida... 
Pero el tiempo no se detiene, entonces me case! y tuve que dejar el huevo, aunque el cordón que me une a mi gallina nunca me fue cortado, tuve que enfrentarme entonces a otros miedos, mismos que supere poco a poco y la mayoría de ellos, sola! 
Llegaron mis hijas!! Y creo que han sido para mi, como las espinacas para popeye! No dejo de tener miedos, son parte de mi personalidad, pero nada me detiene. Hoy, tomo a mis hijas, me subo al coche, rezo un Rosario de ida y vuelta y voy a donde tenga que ir, a pesar del tráfico, la distancia, los manifestantes, los conductores agresivos y mis muchos miedos... 

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