En mi juventud temprana, hace
algunos poquitos años, tuve mis muchos días de fiesta. Viajes con amigos,
escapadas a la azotea de casa para ver (o intentar encontrar) alguna estrella
en alguna noche que se pronosticaba habría lluvia de estrellas (ajaa), fiestas
caseras, pero lo mejor era salir a bailar!!! Como disfrute esos años. Bailar y
cantar toda la noche, tener que quitarme los zapatos por que ya no aguantaba el
tacón pero no podía dejar de bailar, y regresar a casa al amanecer, después de
haber pasado a comer unos ricos tacos, un hot dog o una hamburguesa… ahora que
estoy escribiendo y recordando, pienso, no había grandes preocupaciones, se
vivía tan tranquila. Solo pensar cual seria el plan para el siguiente fin de
semana, que tiempos aquellos…
Aun hoy me gusta la fiesta, extraño esos días. Lo mejor es que cada vez que los recuerdo, no puedo dejar de sonreír y, aunque no niego que me encantaría regresar y revivir algunos momentos, la realidad es que agradezco infinitamente por haber tenido la oportunidad de vivir eso y poder recordarlo hoy…
Aun hoy me gusta la fiesta, extraño esos días. Lo mejor es que cada vez que los recuerdo, no puedo dejar de sonreír y, aunque no niego que me encantaría regresar y revivir algunos momentos, la realidad es que agradezco infinitamente por haber tenido la oportunidad de vivir eso y poder recordarlo hoy…
Pero regreso al tema principal.
Decía, aunque aun hoy me gusta la fiesta, el baile y todo lo que incluye, hoy
ya no puedo hacerlo, al menos por algunos años… tengo 2 grandes pero
maravillosas razones que me lo impiden. Creo que esta es una de las partes de
mi maternidad que mas sufre mi marido. Aunque no aparenta ser el mas sociable,
(definitivamente creo que si comparamos juventudes, yo he bailado muchos mas
que el!) no le gusta el encierro… pero, pongamos un ejemplo: entiendo que mi
pobre esposo tiene necesidad de salir a distraer la mente y relajar el cuerpo
después de una semana de estrés laboral. Decidimos que saldremos a comer a
algún lindo lugar. Yo, empiezo a planear mi lista mental de todo lo que debo
llevar (pañales, toallas húmedas, biberones, leche, baberos, un cambio de ropa
para cada hija, un juguete pequeño para la hija mayor, etc) tengo que
arreglarme en 15 minutos, tiempo que incluye baño, selección de ropa, arreglo
de cabello y cara ultra rápido, por que las hijas requieren a su madre!!...
luego arreglar a las dos pequeñas, lo que incluye, cambio de pañales, ropa,
peinado… o sea que literalmente, cuando salgo de casa, lo que quisiera es poder
meterme a mi cama… y esto, apenas empieza. Llegamos a nuestro lindo lugar a
comer, todo transcurre tranquilamente durante los primeros minutos, tal vez la
hija pequeña aun esta dormida en su silla y la grande esta entretenida con el
pequeño juguete que le lleve. Pero no hemos terminado de ordenar lo que
comeremos, cuando la mas pequeña ya esta “pegando de gritos”, y la grande ya
empezó con la cantaleta “me sacas de la silla, me sacas, me sacas, me sacas”… y
yo intentando, con todas mis fuerzas, mantener la sonrisa y disfrutar el
momento de paseo… claro que la hija pequeña sigue pegando de gritos y la otra
sigue con su cantaleta y aun no han traído lo que comeremos… para entonces, yo
ya estoy levantada, cargando a la bebe, tratando de calmarla, hablando lo mas
serenamente con la grande, intentando explicar el por qué no puedo sacarla de
la silla y ya hemos pasado de una discreta cantaleta de “me sacas” al terrible
y perturbador grito de “quiero salirmeeee!!!”…. no han pasado ni quince minutos
y yo ya quiero llorar… termino medio comiendo parada, con el tenedor en una
mano, la hija pequeña cargada con el otro brazo (quien por cierto, sigue
llorando), viendo correr a la hija grande que ya tuvimos que sacar de su silla
y mi marido y yo, no hemos podido intercambiar ni media palabra…
Cuando llega el siguiente fin
de semana y me dice mi esposo, hay una comida con mis amigos, quieres que
vayamos??... bueno, no tengo palabras para explicar lo que quisiera
responderle… Porque claro, ahora resulta que yo soy una antisocial, a mi no me
gusta salir a ningún lado, soy una amargada… y por si fuera poco, estoy loca
por que no puedo disfrutar una simple salida a comer, histérica por que me la
paso cuidando desesperadamente a mis hijas, que no se caigan que no anden
corriendo, que no se alejen de mi… y neurótica por que siempre estoy de mal
humor!!!...
Por eso digo que, hay ocasiones
en que quisiera regresar y revivir mis momentos de juventud… solo por un
momento, y luego regresar a mi momento actual, con mi marido y mis dos motores
de vida….
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